¿Y si prestamos atención a lo que hay detrás de cada cosa, persona, expresión artística? Qué pasa y qué nos pasa cuando descubrimos que detrás del mal humor de alguien hay una historia que nos conmueve; que hay personas que le ponen nombre a sus cosas y las tratan siempre con delicadeza y cariño, o que cuando vemos un cuadro a cada uno nos cuenta algo distinto, probablemente algo que tiene que ver con el espectador más que con el artista.
Así mismo contemplamos los materiales que usamos en los ambientes que creamos, los entendemos, analizamos y admiramos. Cada uno nos transmite sensaciones diferentes y nos cuenta una historia distinta, probablemente, como en el arte, no es la misma historia para todos, pero si prestamos atención podemos ver como cada material nos hace invitaciones a cada uno y damos vida a emociones diferentes.
Cuando combinamos estos materiales, es como si “nacieran de nuevo”, es como el lienzo y el óleo cuando se juntan, ya no son más un lienzo o un óleo. Al mezclarse los materiales cambian, mutan, se transforman y de nuevo nos invitan a escenarios y vivencias distintas.
La madera es uno de los materiales más importantes cuando hablamos de los ambientes interiores, tiene un universo infinito de posibilidades, un mundo lleno de colores, olores y texturas. Si nos fijamos en cada lugar que visitamos, nos vamos a dar cuenta que el 90% de estos espacios tienen algo de madera. Mobiliario, suelos, revestimientos y otros objetos. Es quizás porque la madera además de su versatilidad nos recuerda que hay un mundo allá fuera que nos permite respirar y que necesitamos siempre por más citadinos que creamos ser. Nos provee de vida, y nos deja combinarla como la creatividad nos lo permita.